El león es el llamado rey de la selva. Es el más grande de los felinos después del tigre de Siberia, los machos pueden llegar a medir los 3,3 metros de longitud incluyendo la cola. La cola puede llegar a medir hasta un metro. La principal función del león es la de proteger la manada de otros leones de las hembras y de otros depredadores .El león que muchos llaman africano vivió en Europa y Asía hasta que el hombre se civilizó. Los de Europa se exterminaron por completo. Los leones que usaban los romanos en su circo, por ejemplo, fueron llevados hasta Roma desde el norte de África. En Asía sólo queda una pequeña población se estima de unos 250 ejemplares en la naturaleza, al noroeste de la India. Este animal habita en casi todo tipo de habitad, se adapta perfectamente a cualquier lugar. Los africanos suelen irse al interior de las selvas tropicales, también se pueden ver en el Sahara.
Alimentación
La mayor parte de la alimentación consiste de mamíferos grandes; cebras, búfalos, antílopes, etc. Aunque también atrapa mamíferos pequeños, aves y reptiles cuando la oportunidad se presenta. No es un animal carroñero. Comúnmente solo come carne fresca; algo que haya matado o logre quitarle a otro depredador. No se especializa (en realidad no indica tener interés particular) en buscar animales en desventaja como viejos, enfermos o recién nacidos a no ser que el propio león se encuentre en desventaja. Por supuesto, cuando el hambre aprieta o la suerte ayuda, cualquier cosa puede suceder.
CaceríaLos leones son más activos durante la noche; es durante estas horas que la mayor parte de las cacerías suceden. Durante las horas de luz también efectúan algunas persecuciones (siempre y cuando la ocasión lo permita), estas son las que usualmente se logran documentar. Pero el mundo nocturno en las praderas africanas es sumamente activo.
Los sentidos mayormente empleados en la cacería son la vista con ayuda del oído. No aparenta depender del olfato ya que ataca tanto a favor como en contra del viento, error que no cometería un canino y por el cual el león paga un precio. Los estudios que se han hecho indican que en general las leonas (son las que cazan la mayor parte de las veces) logran su acometido cada uno de cuatro intentos; un 25%.
Aquellos que viven en manadas cazan en grupos, una o dos hembras se acercan escondidas a la presa mientras que las otras leonas esperan pacientemente ocultas en lugares estratégicos formando un perímetro alrededor del animal que designen acechar. Una vez que las hembras que van a iniciar la persecución están cerca de la propuesta presa, se lanzan sobre ella. Muchas veces ahí termina la operación. Pero si la víctima logra escapar, aquellas que esperan ocultas integran la cacería frescas saliéndole al paso al animal que huye.
Los machos usualmente esperan a que las leonas ya hayan terminado el trabajo para presentarse en el lugar de los hechos y ser los primeros en comer. El orden de comer es basado en quien es más fuerte. Ya sabemos que los machos son los primeros, después comen las leonas adultas y si sobra algo, entonces los cachorros logran sobrevivir. Muchos jóvenes, antes de los dos años de edad, mueren de hambre.
Cuando en vez de un grupo de leonas es una pareja solitaria, el león sí toma parte en la acción. Entonces la leona, aunque le ponga todo su cuerpo y alma a sus intentos y corra a toda su velocidad, llega cuando ya el león ha degollado o asfixiado la presa. Porque cuando el hambre aprieta, las leonas son temibles, pero los leones son terribles.
Los sentidos mayormente empleados en la cacería son la vista con ayuda del oído. No aparenta depender del olfato ya que ataca tanto a favor como en contra del viento, error que no cometería un canino y por el cual el león paga un precio. Los estudios que se han hecho indican que en general las leonas (son las que cazan la mayor parte de las veces) logran su acometido cada uno de cuatro intentos; un 25%.
Aquellos que viven en manadas cazan en grupos, una o dos hembras se acercan escondidas a la presa mientras que las otras leonas esperan pacientemente ocultas en lugares estratégicos formando un perímetro alrededor del animal que designen acechar. Una vez que las hembras que van a iniciar la persecución están cerca de la propuesta presa, se lanzan sobre ella. Muchas veces ahí termina la operación. Pero si la víctima logra escapar, aquellas que esperan ocultas integran la cacería frescas saliéndole al paso al animal que huye.
Los machos usualmente esperan a que las leonas ya hayan terminado el trabajo para presentarse en el lugar de los hechos y ser los primeros en comer. El orden de comer es basado en quien es más fuerte. Ya sabemos que los machos son los primeros, después comen las leonas adultas y si sobra algo, entonces los cachorros logran sobrevivir. Muchos jóvenes, antes de los dos años de edad, mueren de hambre.
Cuando en vez de un grupo de leonas es una pareja solitaria, el león sí toma parte en la acción. Entonces la leona, aunque le ponga todo su cuerpo y alma a sus intentos y corra a toda su velocidad, llega cuando ya el león ha degollado o asfixiado la presa. Porque cuando el hambre aprieta, las leonas son temibles, pero los leones son terribles.
Habitat
Este felino habita en prácticamente todo tipo de hábitat. Los del continente africano se ausentan del interior de las selvas tropicales, pero los asiáticos es allí donde viven. Excepto por el interior del desierto de Sahara, se les puede encontrar en gran parte de África, provisto que no hayan sido exterminados en esa región. Se le documenta desde el nivel del mar hasta los 4,200 metros de elevación.
Enemigos naturales
Las hienas atacan a aquellos leones que caen heridos, enfermos o viejos. También tratan de atacar a las hembras y los cachorros. Cuando es una hembra sola en contra de una manada de hienas, por lo general la leona pierde. Con el león saludable la historia es diferente, perdiendo la vida una o varias de las hienas que no huyan. También es constante el robo de comida entre las hienas y los leones. En algunos lugares las hienas son una molestia permanente. En otras partes los leones se dedican a robarle la comida usando su fuerza como ventaja y evitándose ellos el tener que cazar. Usualmente el león no se come a la hiena. Si se diera el caso que tenga que matarla sería más bien por protección a las hembras y cachorros. Pero la hiena sí se come a los leones cada vez que logra matar uno o encuentra el cadáver de uno.
Los búfalos también son enemigos mortales de los leones. Cuando sus números les favorecen proceden sobre la manada de leones, terminando los cachorros jóvenes pisoteados. Muy interesante de los búfalos es que acuden en ayuda de los de su propia especie cuando un individuo es atacado por los leones. Claro, cuando un búfalo se encuentra sólo y medio entretenido, son las leonas las que acaban con él.
Claro, siempre hay algún león descabezado que se le ocurre agredir a un elefante, sin pensar que el gigante de una patada le puede fracturar las costillas. O aquel que se cree que los rinocerontes son de temperamento dócil. Los colmillos, que son peores que navajas, de los cerdos salvajes le pueden abrir el vientre a un león, o cualquier otros depredador, como nosotros cortar una hoja de papel con una tijera afilada. Aun el cuerno de un antílope puede infligir una herida que le cause al agresor una seria desventaja. Recuerde que en el ámbito que estas fieras se desenvuelven, donde no existe perdón ni tregua ni de día ni de noche, un arañazo en una pata que no le permita emplearla en toda su fortaleza puede ser mortal. Pero eso no califica a estos animales como enemigos ya que son reacciones a la agresión del propio león.
Los búfalos también son enemigos mortales de los leones. Cuando sus números les favorecen proceden sobre la manada de leones, terminando los cachorros jóvenes pisoteados. Muy interesante de los búfalos es que acuden en ayuda de los de su propia especie cuando un individuo es atacado por los leones. Claro, cuando un búfalo se encuentra sólo y medio entretenido, son las leonas las que acaban con él.
Claro, siempre hay algún león descabezado que se le ocurre agredir a un elefante, sin pensar que el gigante de una patada le puede fracturar las costillas. O aquel que se cree que los rinocerontes son de temperamento dócil. Los colmillos, que son peores que navajas, de los cerdos salvajes le pueden abrir el vientre a un león, o cualquier otros depredador, como nosotros cortar una hoja de papel con una tijera afilada. Aun el cuerno de un antílope puede infligir una herida que le cause al agresor una seria desventaja. Recuerde que en el ámbito que estas fieras se desenvuelven, donde no existe perdón ni tregua ni de día ni de noche, un arañazo en una pata que no le permita emplearla en toda su fortaleza puede ser mortal. Pero eso no califica a estos animales como enemigos ya que son reacciones a la agresión del propio león.
Dinámicas en la manada
Los machos dominantes espantan a los machos jóvenes del territorio de la manada según éstos se aproximan a ser adultos, a los tres años. Algunos de estos desterrados forman grupos con otros machos jóvenes de la misma manada y eventualmente retan y logran obtener dominio de otra manada. También es posible que un macho solitario se asocie con otro macho en condiciones semejantes (no tienen que estar emparentados) y el dúo logre obtener dominio sobre una manada de hembras. Otros individuos tienen que conformarse con vivir solitarios, vagando por el mundo.
Usualmente cuando sucede un cambio de machos en una manada el nuevo monarca (puede ser un solo león el nuevo macho dominante o una asociación de dos a siete machos) mata a los cachorros que no logran huir. Tal parece que esta acción no es del agrado de todas las madres y se han dado los casos donde algunas hembras ayudan al padre de los cachorros. De esta forma las leonas pronto se vuelven receptivas a criar y los genes del nuevo león (dado el caso que el, o los, retador sea victorioso) son trasmitidos en la nueva familia.
A las hembras se les permite quedarse en la manada, a no ser que ya sean muchas las integrantes del grupo. Las desterradas no son admitidas por ninguna otra manada, aunque si son dos o más tal vez logren crear su propia manada. Usualmente aquellas que son expulsadas de su familia natal terminan viviendo una vida solitaria y corta, aunque en la naturaleza todo puede suceder.
Los machos dominantes espantan a los machos jóvenes del territorio de la manada según éstos se aproximan a ser adultos, a los tres años. Algunos de estos desterrados forman grupos con otros machos jóvenes de la misma manada y eventualmente retan y logran obtener dominio de otra manada. También es posible que un macho solitario se asocie con otro macho en condiciones semejantes (no tienen que estar emparentados) y el dúo logre obtener dominio sobre una manada de hembras. Otros individuos tienen que conformarse con vivir solitarios, vagando por el mundo.
Usualmente cuando sucede un cambio de machos en una manada el nuevo monarca (puede ser un solo león el nuevo macho dominante o una asociación de dos a siete machos) mata a los cachorros que no logran huir. Tal parece que esta acción no es del agrado de todas las madres y se han dado los casos donde algunas hembras ayudan al padre de los cachorros. De esta forma las leonas pronto se vuelven receptivas a criar y los genes del nuevo león (dado el caso que el, o los, retador sea victorioso) son trasmitidos en la nueva familia.
A las hembras se les permite quedarse en la manada, a no ser que ya sean muchas las integrantes del grupo. Las desterradas no son admitidas por ninguna otra manada, aunque si son dos o más tal vez logren crear su propia manada. Usualmente aquellas que son expulsadas de su familia natal terminan viviendo una vida solitaria y corta, aunque en la naturaleza todo puede suceder.